¡Pensamientos de una escritora novicia! II

  ¡Wo-hola cazadores!
Hoy os traigo una entrada más personal que las que generalmente suelo escribir. ¿Por qué? Este pequeño blog está cerca de cumplir el año, y viendo post antiguos hubo uno que me gustó mucho escribiros (este), más que nada porque me sinceré, dije todo lo que significaba para mí escribir y qué sentía cuando lo hacía. Hoy, casi un año después, mi "situación" era distinta a la de ahora, así que quería sincerarme una vez más y contaros qué pienso sobre lo que escribo. Espero que os guste la entrada ^^

Hace dos años empecé a escribir Insurrección después de pasarme el mayor tiempo posible escribiendo fanfics de distintos libros que me encantaban cuando era más pequeña. En un principio no pensé seguir con ella, pues simplemente quería escribir algo de ciencia ficción, algo completamente distinto a lo que solía redactar. No obstante, poco a poco este pequeño proyecto fue agrandándose hasta llegar al final.

En la anterior entrada os hablé de cómo me había encariñado con la protagonista, Brooke Brian. Por aquel entonces sólo llevaba sesenta páginas en el Open Office y tampoco la había desarrollado tanto. Recuerdo que terminé el libro con lágrimas en los ojos y con miles de sentimientos bullendo en mi interior. No sé por qué pero conecté con ella de una manera espectacular, como si la conociese o fuese parte de mi vida (que de hecho lo es). Sus problemas se convirtieron en los míos, sus miedos me aprisionaban por dentro, sus sentimientos se reflejaban en mi actitud. Y eso nunca me había ocurrido leyendo a un personaje.

Estoy escribiendo la segunda parte de Insurrección, a la cual he llamado Resurrección (un nombre que concuerda con la trama a más no poder), y los sentimientos que sentía al escribir la primera parte se han multiplicado por dos, incluso por tres o cuatro. Con decir que con esta entrega estoy llorando mucho más (porque cada día mi crueldad me sorprende) y que estoy sufriendo lo indeseable, me quedo corta.

Estoy narrando la segunda parte del libro (cada entrega estará dividida en tres), y esta vez los sentimientos están escritos por Louis, el otro protagonista y al que le estoy cogiendo muchísimo cariño. Todo se ha enrevesado muchísimo, y en ocasiones, cuando el personaje sufre ahí estoy yo, intentando arreglar todo pero complicándolo aún más. Llevo cincuenta y cinco páginas en el Open Office y la acción acaba de empezar.

Cuando comencé a escribir Insurrección, como ya he dicho antes, no pensé en acabarlo. Me puse la meta de terminarlo cuando Brooke conoció a Louis. No sé cómo surgió este personaje, pero a partir de ahí todo me resultó mucho más fácil. Era el apoyo que tanto ella como yo necesitábamos. Y eso me empujó a acabar el libro después de escribir algunos giros argumentales que me animaron a empezar a escribir el segundo. El año pasado os conté de qué trataba Insurrección, y siento la obligación de hacer lo mismo con Resurrección.

Después de todo lo acontecido en la primera entrega, Brooke y Louis están más unidos que nunca, intentando establecer una vida normal con lo que ello conlleva. No obstante, se encuentran con muchos obstáculos, entre ellos los Máquinas, que como bien dice su nombre son artefactos encargados de proteger a distintos cargos importantes haciendo el trabajo sucio que éstos no se atreverían a hacer. Y poco más puedo contar sin destripar nada más, porque tampoco llevo mucho y porque es complicado explicar algo que ni siquiera está terminado.

Estoy atascada en una de esas escenas que ahora mismo no tiene mucho protagonismo, pero que es de esas que sabes que, si alguien la lee, va a marcar un principio y un final. No sé cómo seguirla, y muchas veces me pongo a pensar otras escenas completamente distintas, dejando de lado en la que me encuentro. No obstante, sé que pensar en esto, en lo mucho que me he esforzado para llegar aquí, en lo mucho que siento cuando escribo la historia de Brooke y Louis, me anima a escribir. Seguiré en cuanto una idea, por muy tonta que sea, se me ocurra. Y la desarrollaré hasta el final.